17/10/12

Emma se quedó en Playa Ancha


Nuestro barco atracó en el Puerto de  Valparaíso. Bajé al muelle del brazo de mi joven marido y junto con la brisa marina me envolvió un presentimiento; nuestra vida florecería entre cerros y escaleras; mientras el recuerdo de Hamburgo se me iría destiñendo como la ropa colgada sobre los barandales.
Llegamos persiguiendo una esperanza y en el espejo del mañana pude vislumbrar: rubios hijos que hablarían correcto español y morenas nueras que traerían nietos para poblar nuestra mesa del domingo.
 Nunca imaginé que nuestro clan se desmembraría por la larga geografía chilena. Me sorprendí gratamente cuando, más de un siglo después, mi bisnieta llegó a Valparaíso buscando lo mismo que yo; un mejor futuro.
    Hoy sé que la eternidad es espiral de muchas generaciones entrelazadas. Soy feliz de haberme quedado en Playa Ancha, mi bisnieta viene de vez en cuando a visitarme…
Su mirada me recuerda un antiguo presentimiento

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